Prensa MPPC (01/08/25).– El escritor argentino Vicente Battista, ganador de la XXI edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por su obra “El simulacro de los espejos”, se reunió este viernes 1° de agosto con los medios de comunicación en la Sala de Lectura Luis Britto García del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg). El encuentro sirvió también para inaugurar una exposición de las 474 novelas participantes, un récord de postulaciones provenientes de 32 países.
Durante sus palabras de bienvenida, Raúl Cazal, viceministro de Fomento para la Economía Cultural, resaltó la trascendencia del premio y la calidad de la obra de Battista. “Es un gran placer tenerte nuevamente en Caracas, Vicente. Celebramos tu regreso y, sobre todo, este reconocimiento merecido a ‘El simulacro de los espejos’. Battista es un narrador con una amplia trayectoria, que viene del cuento, del relato breve, con una prosa expresiva y precisa. Esta novela, en particular, tiene conexiones con otra obra suya, “Gutiérrez, a secas”, y ofrece múltiples niveles de lectura que interpelan al lector desde distintos ángulos”, señaló.
Por su parte, Battista ofreció una mirada íntima y sincera sobre su proceso creativo y el origen de la novela en tiempos de pandemia. “Cuando decidí escribir esta historia estábamos en plena pandemia. Yo soy una persona que necesita caminar, salir, ver cosas. El encierro me afectó mucho, y fue justamente ese encierro lo que me llevó a imaginar un lugar aún más cerrado, inventé un sitio asfixiante, y desde ahí fui construyendo la novela. Primero el espacio, luego los personajes, y finalmente el argumento”, relató.

Sobre el significado del reconocimiento, el autor expresó que es un galardón importante para la literatura latinoamericana. “Cuando me llegó la noticia me llené de alegría, porque esta historia se coloca entre los grandes textos de este prestigioso galardón. Lo más importante para mí es escribir una novela pensando en grande, en conmover al lector, en hablarle al corazón y a la conciencia”.
El autor también compartió recuerdos de sus inicios literarios. “Aún conservo la carta anunciándome que había obtenido una mención en el premio Casa de las Américas en 1967, desde La Habana cuna de la Revolución cubana, me llegó aquel reconocimiento que fue algo que me llenó de orgullo. Ahora, recibir este premio Rómulo Gallegos me retrotrae a ese momento. Es un conglomerado de emociones que me resulta muy especial”.
Fiel a su estilo directo y sin adornos, Battista también reflexionó con humor sobre su relación con otros géneros literarios: “La poesía y yo estamos totalmente divorciados. Nunca pude escribir versos, envidio a los poetas porque en un solo verso dicen lo que a mí me lleva tres páginas. Por eso nunca me atreví a hacer poesía, me parecía una falta de respeto. Me largué con el cuento, y ahí sigo, también con la novela, claro está”, comentó.
Finalmente, para Battista, el galardón lleva el nombre de un autor fundamental en la literatura venezolana y latinoamericana. “Para mí, Rómulo Gallegos comprende todo lo que un escritor desea. Es un gran novelista venezolano y latinoamericano. Lo sintetizo en un hombre bueno”, dijo.
El presidente del Celarg, Pedro Calzadilla, también estuvo presente en el encuentro acompañando la importancia de mantener viva esta tradición literaria que reconoce la excelencia narrativa en nuestra lengua.

El veredicto del jurado, compuesto por Perla Suez (Argentina), Rafael Cuevas Molina (Guatemala), Abel Prieto (Cuba), Fermín Goñi (España) y Juan Antonio Calzadilla Arreaza (Venezuela), otorgó el premio por unanimidad a Battista, al destacar que la obra “traza una inspiración kafkiana, construye una atmósfera opresiva muy particular y refleja con crudeza los signos de nuestro tiempo: poderes dictatoriales invisibles, vigilancia consentida, espectáculo como forma de vida, pérdida del sentido, vacío espiritual y el asedio constante a la intimidad”.
La obra ganadora se impuso entre un grupo de nueve finalistas, que incluyó a autores como Selva Almada, María Elvira González, Andrea Mejía, Olga Merino, Jorge Rodríguez, Martín Solares, Gabriela Wiener y Sergio Bizzio, en una competencia de altísimo nivel.
A sus 85 años, Vicente Battista continúa consolidando una obra coherente, lúcida y profundamente humana, que dialoga con los grandes conflictos de nuestro tiempo. “El simulacro de los espejos”, se suma así a una bibliografía notable que incluye títulos como Los muertos, Siroco, Sucesos argentinos, Cuaderno del ausente, Ojos que no ven, entre otros.






T: Prensa MPPC/Franquis Toledo
F: Mónica Sánchez