Prensa MPPC ( 27/06/25).- El viernes 20 de junio, el municipio José Joaquín Veroes fue el escenario del “Encuentro estadal de la Parranda de San Juan Bautista”, un evento que contó con la participación de Misión Cultura Yaracuy.
Esta actividad celebró una de las festividades más arraigadas en la cultura venezolana y una fecha de gran relevancia local: el Día del Tambor Luango, establecido por decreto municipal. La presencia de Misión Cultura Yaracuy en este encuentro reafirmó su compromiso con la preservación y difusión de las tradiciones culturales del estado.”
La jornada fue especialmente significativa por la puesta en valor del Tambor Luango, un instrumento musical que trascendió su función rítmica para erigirse como un profundo símbolo de la identidad afro descendiente en la entidad. Este tambor había sido declarado por el Consejo Legislativo del estado Yaracuy (CLEY) como un elemento de vital importancia en la configuración cultural de la región, reconociendo su papel en la memoria histórica y la resistencia de las comunidades.
El tambor Luango encarnó la resiliencia y la unidad del pueblo afro yaracuyano. Su resonancia no fue solo musical, sino que evocó la historia de lucha y la perseverancia de una comunidad que había sabido mantener vivas sus raíces a través de la música y la danza. La celebración de su día, en conjunto con la parranda de San Juan Bautista, subrayó la interconexión de estas expresiones culturales como pilares de la identidad local.
Misión Cultura Yaracuy, al decir presente en este significativo encuentro, manifestó la importancia de estos espacios para el fortalecimiento del tejido social y la transmisión de conocimientos ancestrales a las nuevas generaciones. La institución reafirmó su misión de promover y salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial del estado, garantizando que estas manifestaciones artísticas continuaran siendo una fuente de orgullo e identidad para sus habitantes.
La articulación entre el decreto municipal, la declaración del CLEY y la participación activa de instituciones como Misión Cultura Yaracuy evidenció un esfuerzo concertado para reconocer y celebrar la riqueza cultural del estado. Este tipo de eventos fueron cruciales para visibilizar el legado afro descendiente y fomentar un mayor aprecio por las tradiciones que definieron la idiosincrasia yaracuyana.
El vibrante repique del cumaco, que a menudo acompañaba al Tambor Luango, resonó como el “alma de nuestro pueblo cimarrón”, tal como lo expresaron los participantes. Esta expresión encapsuló el espíritu de la jornada, celebrando la libertad, la resistencia y la profunda conexión de la comunidad con sus raíces históricas y culturales.
El encuentro fue un testimonio palpable de la vitalidad de las tradiciones yaracuyanas y del compromiso institucional con su salvaguardia, líneas establecidas en los vértices de la Gran Misión Viva Venezuela Mi Patria Querida.
T: Luis Rebolledo
F: Misión Cultura Yaracuy
