Prensa MPPC ( 5/12/2022) El pasado domingo 4 de diciembre de 2022, la Sala Punto de Fuga del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Armando Reverón (Maccar) fue el epicentro de la inauguración de la muestra de la artista plástico barquisimetana, Lileska Díaz, quien enalteció su sensibilidad creadora en un sentido homenaje a sus 33 años de carrera y pasión artística; de esta manera bautizó su exposición como “Lileska Díaz. 33 años de Arte”, para hacer énfasis en las más de tres décadas inmersa de lleno en las artes.
Díaz alega que decidió darle ese título a esta exposición como un recordatorio a sus inicios y a lo que la llevó a dedicarse a esto en primer lugar, “desde el año 1989 inicié formalmente mis estudios de Artes Visuales en la Escuela Martin Tovar y Tovar de Barquisimeto, allí mis profesores Nelly Soteldo, Rodeliano García, Dino di Rosa y Cristina Moncada me impulsaron a seguir”, detalló.
En este sentido, Lileska Díaz se define como una artista de lo cotidiano y lo simple, al tiempo que reconoce que la mueve el prójimo y lo que puede llegar hacer por ellos desde las artes y la práctica del yoga, pasión que la ha llevado a entrar en contacto con sus semejantes, en una especie de terapia para salir de lo oscuro y las ausencias diarias.
“Me inspiran muchas cosas, desde que inicia el día, el canto de los pájaros, el cielo azul de nuestra amada Venezuela, me inspiran los procesos que vivimos a nivel emocional, sin embargo, desde que estamos viviendo en la pandemia me ha inspirado la cantidad de personas tristes y deprimidas que he visto, afectadas por situaciones que conocemos, a las que se suma el apego hacia sus seres que ya no viven en nuestro país, explicó Díaz.
Asimismo, esta creadora oriunda del estado Lara afirma que se mantiene firme en su propósito de ser luz en la vida de quienes están transitando por un mal momento, objetivo que la impulsó a crear un movimiento artístico para ayudar a través de su labor a todo aquel que la necesite, esto lo materializó con la creación de “Arte Dulce” en el año 2020, “para rememorar a los que no están y aquellas marcas de su infancia, marcas que les recuerden a sus seres que se fueron”, dijo.
Por otra parte, Lileska Díaz considera que más allá de plegarse a una corriente en particular, se deja seducir por su propia musa y dirección, razón por la cual no fija posición en ningún movimiento artístico establecido, los colores y algunos importantes ídolos del mundo plástico son una de sus principales impulsos para crear.
“Uso colores luz, neón, amarillo rosa, azul, naranja verde y magenta, colores que nos saquen una sonrisa, no he pensado nunca en mi corriente, yo solo me expreso, sí tengo maestros a los que admiro como Soto, Cruz-Diez, Mercedes Pardo, Picasso, Matisse, Kandiskyn. Siento que me gusta la estructura y el constructivismo, puede ser que tenga ciertos rasgos, también algo del Arte Pop, sin ser pura, me gusta lo abstracto, creo que allí fueron mis inicios, hoy me siento más simple en la expresión”, destacó.
Esta experimentada artista plástica no cesa en su labor de creación, pues en este venidero 2023 le esperan ambiciosos proyectos que la mantendrán ocupada en una de sus pasiones más conocidas, la práctica del Yoga Creativo, misión que piensa formalizar desde un espacio que le permita darse a conocer y ayudar así a otros.
“Tengo varios proyectos para el próximo año, quiero seguir afianzando mis sesiones de Yoga Creativo, con un salón propio donde tenga libertad en la enseñanza, también deseo concretar una línea de objetos sensoriales: Arte para tocar, sentir y sanar, que vaya a todo tipo de público, técnicos y profesionales, tales como terapeutas, psicólogos, pedagogos, artistas, profesores de yoga y taichí, en el área psicofísica, oficinistas, deportistas; así como también para gimnasios, farmacias y spas”, concluyó Lileska Díaz.
T y F : Prensa FMN