Prensa MPPC (02/05/25).- En el contexto de la programación que ofrece Venezuela en la 37.ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), el director ejecutivo de la editorial El perro y la rana, Elis Labrador, y la escritora afrovenezolana Casimira Monasterios estuvieron a cargo de un conversatorio sobre los logros de la Comisión Presidencial para el esclarecimiento de la verdad histórica, justicia y reparación sobre el dominio colonial y sus consecuencias en Venezuela, creada por el Gobierno nacional, entre ellos la edición de libros vinculados a las luchas de los pueblos indígenas y afrodescendientes.

De acuerdo con Labrador, uno de los logros más importantes es poder materializar, gracias al convenio realizado con la Editorial El perro y la rana, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC), una veintena de títulos escritos por estudiosos, profesores y profesoras de las ciencias sociales, colectivos, entre otras iniciativas, vinculados a los afrodescendientes y temas indígenas.
En ese sentido, la escritora Casimira Monasterios, diputada y miembro de la Comisión, presentó junto a Labrador en el stand de Venezuela en la FilBo 2025 la colección Insurgencias Históricas y Afroepistemologías Cimarronas de El perro y la rana.
Monasterios señaló que esta experiencia es quizás una de las iniciativas más importantes, porque al fin se encontró un nicho para poder expresar aquellos estudios y ensayos que desentrañan el imaginario y la voz del pueblo afrovenezolano.
La autora, quien es oriunda del pueblo de Curiepe (Barlovento, estado Miranda), realizó un recorrido por las tradiciones, el cacao, su naturaleza y topografía a la que considera un milagro de la naturaleza.
Indicó, además, que hay estudios de otras zonas del país (Los llanos, el estado Bolívar), por ejemplo, donde hay una fuerte manifestación afrovenezolana con tradiciones reconocidas y consolidadas por sus habitantes.

Casimira Monasterios, autora del libro Parto de pueblo cimarrón (El perro y la rana), que recoge estudios acerca de la genealogía de los pueblos afrodescendientes y su legado civilizatorio en el contexto de Venezuela, Latinoamérica y la región caribeña, reconoce que, si bien es un logro y una reivindicación, aún faltan muchas cosas por hacer, por escribir y por recolectar sobre las tradiciones orales.
Esta Comisión ha despertado la admiración de los visitantes al stand de Venezuela. Señalan que si bien publican temas afro las editoriales tradicionales, aún no poseen una colección como la que forma parte de la Comisión.
La memoria como camino para reivindicar a los pueblos
Por otra parte, en la 37.ª FilBo la escritora e investigadora Casimira Monasterios también encabezó la charla “Justicia y memoria: el camino hacia la reivindicación de pueblos originarios y afrodescendientes”, donde conversó sobre el significado que tiene la memoria como un paso para hacer justicia a los pueblos oprimidos desde hace más de 500 años.
Durante su ponencia, la también diputada a la Asamblea Nacional, explicó que quien tiene una memoria tiene una historia.

A pesar de que “una persona no puede saber leer y escribir”, se “sabe quién es su mamá, quién es su papá, el pueblo donde se crió, lo que bailó, lo que comió, lo que trabajó” a través de la oralidad, que es considerada un documento para estudiar la historia.
Por lo tanto, argumentó, la memoria es importante en el caso de América Latina y el Caribe, porque la historia “está contada desde las élites”.
“¿Quién escribe la historia?, los vencedores”, acotó Monasterios, y añadió que los pueblos originarios y afrodescendientes, según esa historia contada por la oligarquía, “no son precisamente los vencedores”.

“Porque aun cuando participamos en todas esas guerras y en todas las luchas, los vencedores siguen siendo los mismos… las oligarquías descendientes de los llamados, entre comillas, conquistadores y colonizadores”, agregó de forma contundente.
En tal sentido, la investigadora precisó que “la memoria es lo que permite resistir ante la colonización que aún perdura, porque una cosa es la independencia política y otra cosa muy distinta es la emancipación intelectual, mental, del ser humano”.
Y, aunque “no está recogida en los grandes libros, está recogida en esos libros vivientes”, son las personas que, de generación en generación, “siguen transmitiendo su cultura, su cosmovisión, su manera de ver el mundo, de entender el mundo, su relacionamiento con la naturaleza, su relacionamiento personal”, dijo.

La autora expresó que la finalidad de lo que se transmite a través de la oralidad es que lo que no se aprende en la academia lo “aprendamos en la casa de la memoria de nuestros mayores”.
A continuación, Monasterios explicó que, conociendo la historia de los pueblos oprimidos, las generaciones que les preceden pueden hacer justicia por ellos.
Entonces, es posible pedirles reparación a los colonizadores, “porque tenemos memoria, porque me debes, porque hombres y mujeres secuestrados en África fueron sometidos a esclavitud”, refirió.
Tras esa declaración, añadió que por eso y otras razones es que “nos negamos a celebrar el 12 de octubre”, ya que no es una fecha de celebración sino “el llanto de los pueblos originarios”.
“El indígena hoy tiene una memoria que le permite seguir recordando el genocidio cometido contra ellos”, subrayó, para luego acotar que la oligarquía y el imperialismo siguen teniéndole “miedo a la memoria de los pueblos oprimidos por ellos. Porque en la medida que los pueblos oprimidos tienen memoria, se revelan y exigen sus derechos”.
Con la reivindicación de los pueblos originarios y los pueblos afrodescendientes, viene la reivindicación del obrero, “porque mientras haya memoria, hay capacidad de lucha”, y, por ende, “siempre estamos en el camino de la emancipación”.
Recordó, además, en el contexto que actualmente se vive en Venezuela, “estamos peleando por nuestra soberanía, por nuestra verdadera independencia, por la independencia política”. Al respecto, indicó que mientras no tengamos independencia económica, la política se pierde.
Culminó reflexionando sobre cómo durante décadas el imperialismo norteamericano nos dominó mediante la renta petrolera, y continúa en sus aspiraciones de dominio.
“¿Quién decidió que nosotros lo que teníamos era que sacar petróleo, ni siquiera explotar el petróleo y vendérselo a los gringos a precio de gallina flaca?”, se preguntó Monasterios.

Sin embargo, “en el momento que te les revelas, ellos te tiran el chorro como nos lo hicieron. Lo que pasa es que nosotros somos un pueblo bravío”, afirmó Monasterios.
Expuso que los venezolanos conocen su historia, pero no la contada en los libros por la oligarquía, sino aquella que trascendió por generaciones y que ha sido reivindicada.
“La base de la historia, gústele o no a los historiadores, es la memoria. Si la escribes o si la pasas de manera oral, en canciones, en obras de teatro, en el cine, a través del arte como buen guardián de la memoria”, va a trascender, “pero el pueblo que pierde su historia, que la olvida, está condenado a repetirla”, finalizó.

