Eje temático: La cultura como bien de interés público “global”
“Los Pemones de la Gran Sabana llaman al rocío Chiriké Yetacú, que significa Saliva de las estrellas; a las lágrimas Enú Parapué, que quiere decir Guarapo de los ojos, y al corazón Yewám Enapué, Semilla de vientre. Los Guaraos del Delta del Orinoco dicen Mejokoji, el Sol del Pecho, para nombrar el alma. Para decir amigo dicen Ma Jokaraisa, mi otro corazón; y para decir olvidar dicen Emonikitane, que quiere decir perdonar. Los muy tontos no saben lo que dicen. Para decir tierra dicen madre, para decir madre dicen ternura, para decir ternura dicen entrega. Tienen tal confusión de sentimientos que con toda razón las buenas gentes que somos les llamamos salvajes”.
Gustavo Pereira, poeta venezolano, nos regala este poema. Recientemente Pereira fue homenajeado con el premio “José Lezama Lima”, aquí en la República de Cuba, por La Casa de Las Américas. Quiero regarlarles de entrada este poema y agradecer a la hermana Cuba por ese premio y por reunirnos a todas y todos en este maravilloso Palacio de Convenciones de La Habana. Propongo un aplauso de todas y todos para la hermana República de Cuba.
Quiero, en nombre de la República Bolivariana de Venezuela, acoger de cabo a rabo, de un extremo a otro, la intervención que nuestro anfitrión, el ministro Alpidio Alonzo Grau, ha expresado, ha manifestado, en la instalación de esta reunión. Estamos completamente identificados con esta denuncia que él hace de manera suficientemente explícita sobre el cuadro actual de dominación cultural en el mundo, del cual pone como ejemplos el caso del cine y el de la industria editorial.
No existe una cultura, sino múltiples culturas. La diversidad cultural es un obstáculo para la hegemonía de una sola cultura globalizante. Por eso, como los indígenas citados por el poeta Gustavo Pereira, preferimos llamar las cosas de una manera distinta. La palabra “global” se presta a posibles confusiones, presentes o futuras. La globalización, así como la modernidad, fracasó como modelo civilizatorio. La globalización capitalista hace aguas y en este momento tiene al planeta al borde del colapso por su agresión desmedida y sistemática contra la Madre Tierra y también por la posibilidad de una tercera y posiblemente última guerra mundial. La propuesta cultural de la globalización supone nuevos culturicidios como los ocurridos desde hace 500 años en este continente. Por eso saludamos el uso de términos como “mundial” y “universal” que aquí han sido empleados por el ministro Alpidio Alonso y Ernesto Ottone, de la UNESCO, para describir la cultura como un bien de interés público mundial o universal. La cultura o las culturas tienen ciertamente que ser de interés de toda la humanidad, de una manera inequívocamente diversa. El patrimonio es diversidad. Sin diversidad cultural no hay desarrollo y mucho menos sostenible. Reitero aquí la propuesta de la República Bolivariana de Venezuela en la Conferencia Mundial de Políticas Culturales (MONDIACULT), en México: se requiere una convención o algún instrumento de UNESCO para proteger los bienes culturales y derechos culturales de los pueblos en caso de países agredidos con las mal llamadas sanciones o medidas coercitivas unilaterales contra países representados en esta reunión o fuera de ella. El término coloquial es el bloqueo. Bloqueos que son usados de manera cotidiana para estrangular a los pueblos, para maltratarlos y además ir también contra su identidad, contra su diversidad cultural.
La UNESCO en 1954 legisló y creó la Convención para la protección de bienes culturales en caso de conflicto armado. Hoy, en 2023, debería hacerlo para proteger los bienes culturales y los derechos culturales en casos de conflictos de otra índole. También ratifico la propuesta venezolana de actualizar el informe MacBride, que en 1982 por mandato de la UNESCO describió las desigualdades del orden informativo mundial. Cuarenta años después el fenómeno incipiente de aquel entonces se ha exacerbado con la concentración de capital, con el desarrollo de poderes tecnológicos globales y de una guerra cultural que pretende pintar una parte del mundo como un jardín y al resto como una jungla. Pues bien, hoy, en esta jungla diversa y rica en recursos humanos y materiales es desde donde se puede salvar a la Humanidad de la hecatombe material y espiritual mediante la unidad respetuosa de nuestra diversidad. Juntos y diversos somos una superpotencia cultural para la paz. ¡Viva esta reunión de Ministras y Ministros de Cultura del Grupo de los 77 + China! ¡Viva Cuba! ¡Muchas gracias!
La Habana, 4 de Mayo de 2023