Prensa MPPC (13/11/25).- El teatro va mucho más allá de una forma de entretenimiento o una simple representación artística, es un espejo del alma colectiva y un potente instrumento de transformación social, Por ello, el Día Nacional del Teatro en Venezuela es una fecha para honrar la palabra viva, el cuerpo en movimiento y la capacidad del pueblo de contarse a sí mismo.
En el contexto de nuestra nación, el teatro es un acto profundamente humanista y socialista, que desarma la soledad e hilvana el tejido comunitario, colocando a la persona y su realidad en el centro de la escena.
Desde una perspectiva humilde y fluida, el trabajo que se gesta en las comunidades es la verdadera savia que alimenta la cultura nacional. En este sentido, la Misión Cultura emerge como un brazo fuerte y articulador del Estado venezolano, orientado a la democratización de la cultura y, específicamente, a la revitalización del arte escénico en los territorios menos visibilizados.
Su labor no se limita a la formación o la dotación, sino a la creación de escenarios no convencionales donde el talento genuino, emergente y profundamente venezolano pueda florecer. Es un esfuerzo que entiende el arte no como un privilegio de élites, sino como un derecho inalienable y una herramienta liberadora del pueblo organizado.
Un ejemplo fértil de esta siembra es el proyecto de las Colmenitas Bolivarianas. Este espacio ha encontrado en la niñez de la patria el terreno ideal para florecer. Al acercar a cada niño y niña a la disciplina teatral, no solo se forman futuros artistas, sino que se cultivan valores de solidaridad, disciplina colectiva y sensibilidad social, cimentando desde la base el modelo de sociedad que anhelamos.
Más recientemente, la Agenda Concreta de Acción Cultural Comunal ha profundizado esta labor. Este esfuerzo se perfila en primera línea a evolucionar la disciplina del teatro al fortalecer la creación de unidades artísticas en territorio. Es una estrategia de arraigo que permite que las historias, los mitos y las luchas cotidianas de nuestras comunidades se conviertan en el guion, y que el barrio, la plaza o el patio de la casa emerjan como el escenario natural para la proyección del talento comunitario.
La Misión Cultura, con esta visión humanista y socialista, no hace otra cosa que abrir los caminos para que la comunidad, en trabajo conjunto y autogestión, se convierta en el principal productor y consumidor de su propia cultura, haciendo del teatro la voz resonante de las entrañas de Venezuela.








T: Luis Rebolledo / F: Misión Cultura.

