Prensa MPPC (19/06/25).– En un estallido de color, fe y tradición, este jueves 19 de junio se celebró en San Francisco de Yare, estado Miranda, la festividad de los Diablos Danzantes de Corpus Christi, una manifestación reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO desde 2012 y declarada Patrimonio Cultural de Venezuela en 2004.
Esta tradición, que fusiona elementos del sincretismo religioso y la devoción popular, volvió a llenar las calles del pueblo yarense con el repique de tambores, las danzas rituales y las emblemáticas máscaras en la tradicional lucha entre el bien y el mal.
Más de 1.500 diablos participaron en la procesión central, tras cumplir con la promesa de rendirse ante el Santísimo Sacramento del Altar, en un acto que simboliza la victoria del bien sobre el mal.
Desde tempranas horas de la mañana, los cofrades se reunieron para cumplir con sus ritos religiosos, que incluyen vigilias, misas, rezos y finalmente la danza frente a la iglesia parroquial.
“Para mí, vestirme de diablo es un acto de fe, de respeto por lo que me enseñaron mis abuelos. Cada año que bailo lo hago con el alma, porque sé que estoy cumpliendo una promesa a Dios”, expresó Alejandro Rodríguez, miembro de la cofradía desde hace 22 años, mientras se preparaba con su traje rojo y su máscara de múltiples cuernos.
Desde la comunidad, Yelitza Hernández, devota y madre de dos jóvenes danzantes, expresó su emoción al ver a sus hijos continuar con la tradición: “Ver a mis muchachos salir a bailar con tanta entrega me llena el corazón. Esto es identidad, es comunidad; aquí se aprende a respetar la historia, las tradiciones, las manifestaciones desde pequeños”.
Por su parte, Marcos Pérez, quien participó por primera vez como diablo promesero, afirmó: “Estar aquí es un sueño. Uno siente el peso de la historia en los hombros, pero también el orgullo de ser parte de algo tan grande. Mi abuelo fue danzante, y ahora yo continúo su legado”.
La celebración de los Diablos Danzantes de Yare se consolida así, un año más, como un símbolo vivo de la espiritualidad popular venezolana, donde la fe, la cultura y la tradición se conjugan en una de las expresiones más emblemáticas del país.

T: Prensa MPPC / Franquis Toledo
F: Indira Marcano