Cinemateca Nacional honra a Óscar Garbisu, pilar fundamental de la historia del cine en Venezuela

Prensa MPPC (12/05/2022).- Como parte de su aniversario 56, la Fundación Cinemateca Nacional (FCN) le rinde homenaje a uno de sus más destacados trabajadores: Óscar Garbisu, quien partió físicamente el pasado 2 de febrero.Este antropólogo de profesión, cargó voluntariamente sobre sus hombros la ardua y compleja tarea de conservar de manera adecuada, científica y profesional, e incluso restaurar, buena parte del patrimonio fílmico y audiovisual del país y con ello, un trozo de la memoria de Venezuela. 

Garbisu “fue un verdadero prócer en la Cinemateca Nacional. Fue quién profesionalizó el tema del archivo fílmico en la fundación, el que le dio criterio científico y tecnológico”, reconoció el presidente de la institución adscrita al ministerio para la Cultura, Vladimir Sosa Sarabia, durante el emotivo evento que tuvo lugar en la sala de proyecciones del Museo de Bellas Artes, Caracas. A parte de una programación especial que incluye una serie de títulos restaurados por Garbisu, se preparó este encuentro para recordarlo no solo en su rol de profesional comprometido, sino también en su dimensión humana, como compañero de trabajo, como amigo y como hombre de cine. 

En la actividad estuvo presente la esposa del homenajeado, Teresa Casique, así como  los cineastas Solveig Hoogesteijn y Xavier Sarabia Mariche; los investigadores Marisol Sanz, Gastone Vinsi y Vladimir Díaz; el colorista Eldy Galavis; y el coordinador del Archivo Fílmico de la Cinemateca Nacional, Eduin Montes, mientras que Vladimir Sosa, intervino como moderador. La realizadora Hoogesteijn recordó a Garbisu como una persona  de gran talento y de profundo compromiso con el cine venezolano.

La directora de Macu, la mujer del policía, contó que se preocupó por formarse profesionalmente en el área de la preservación fílmica para asumir a cabalidad el cargo que aceptó al frente del Archivo Fílmico.

Compromiso y entrega

Como en el momento de asumir tan grande y noble tarea no existía, ni aún existe una carrera o espacio de formación formal para estudiar conservación, preservación y restauración de patrimonio fílmico y audiovisual, Garbisu viajó a Brasil y  España con el fin de investigar y adquirir conocimientos en la materia. “Rescató muchas películas de los años 40 y 50 del pasado siglo. Ordenó la cinematografía nacional. Estaba muy consciente de su responsabilidad al encargarse del  patrimonio fílmico de Venezuela. Los cineastas sentimos respeto hacia él, le confiamos los negativos y positivos de nuestras películas en conocimiento de la seriedad de su trabajo.

Y todo esto lo hizo con muy pocos medios financieros, trabajando incansablemente”, alabó. Como ser humano, la realizadora lo describió como un apasionado lector, un hombre culto de mente aguda. Junto a él, la realizadora de Maroa, escribió varios guiones y “siempre sentí mucho respeto por sus capacidades como investigador y analista. Como amigo era sensible, desprejuiciado, original, divertido, con un gran sentido del humor. Una persona de gran sentido ético y claridad política. Y un conocedor de la cinematografía mundial. A la vez era un hombre introvertido, discreto que huía del escenario público.

Perteneciente a un mundo distinto a las promociones personales en las redes y la autoproyección”. Óscar Garbisu fue incluso asistente de dirección de Hoogesteijn en Macu, la mujer del policía y como una demostración de su ingenio, la realizadora contó que en una oportunidad, durante la producción, necesitaban filmar una escena nocturna de persecución de Willy -el lugarteniente y soplón del distinguido Ismael Ramírez- a Macu, pero el actor Tito Aponte, no llegaba. Al día siguiente debían abandonar la locación en Chapellín, Caracas y el plan de rodaje era muy estricto, por el bajo presupuesto. 

El actor no llegó, pero Garbisu logró resolver. “Tuvo una idea brillante: Filmaríamos tan solo las piernas y los pies de Willy, persiguiendo a Macu.

Él mismo se calzó los zapatos y vistió los pantalones de Willy, tenían el mismo tamaño, la misma contextura delgada. Filmamos la escena. Quedó perfecta y está en la película. Esta creatividad, este ingenio, sobrepasa en mucho las funciones de un asistente de dirección”, rememoró la artista. 

Un hombre de grandes ideas  

A juicio de Xavier Sarabia, director de la Cinemateca Nacional durante cerca de 16 años, las palabras que mejor definen a Garbisu en el plano personal son la lealtad y la sinceridad. “Era un personaje sin dobleces”, completó. A decir del documentalista, investigador y docente, los grandes trabajos de resguardo y conservación del patrimonio fílmico en Venezuela, se hicieron a raíz del ingreso de Garbisu a la Cinemateca Nacional en los años 80. 

El antropólogo fue, en consideración de Sarabia, uno de los más grandes conocedores del cine venezolano. “Era como una biblia del cine venezolano, no solo por todo lo que hizo en materia de resguardo sino que también participó en una colección que tiene la Cinemateca, que se llama Filmografía del Cine Venezolano, donde están registradas todas las películas que se han hecho en el país, ordenadas por décadas, y Garbisu fue uno de los colaboradores”, celebró el escritor. Agregó que Garbisu aportó además importantes ideas en materia de resguardo, restauración y preservación del séptimo arte venezolano.

“Es un personaje ineludible en el momento de escribir la historia de nuestro cine”. Cuando Sarabia entró a dirigir la Fundación Cinemateca Nacional, más que sentirse honrado con la tarea, sintió una gran felicidad por trabajar codo a codo, con su gran amigo Oscar Garbisu.  

Vocación docente 

Para el actual presidente de la Cinemateca Nacional, mucho de lo que está adelantando la institución, tiene mucho que ver con el empuje y tesón de Óscar Garbisu, aunque se jubiló durante la gestión de Xavier Sarabia. Aquí se cuenta el primer diplomado de la nación en conservación y preservación de material audiovisual que suma ya  una segunda cohorte, al igual que varias publicaciones. 

Incluso, el hecho de que él mismo esté al frente de la entidad tiene que ver, en buena medida, con el aval de Garbisu, en quien Vladimir Sosa reconoció un empedernido, ferviente e incansable don de investigador que no dejaba para después cualquier libro que cayera en sus manos. Sosa, quien está al frente del archivo audiovisual de la Biblioteca Nacional, llegó a esa instancia en sustitución de Garbisu, titular de ese departamento después de jubilarse de la Cinemateca. 

Luego, cuando llaman a Sosa para encargarse de la FCN, cuenta con el respaldo de Garbisu, dueño de una gran vocación docente. “No era mezquino con el conocimiento, era impresionantemente generoso con la información que manejaba”, remató Sosa. 

T y F: Prensa FCN 

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