Prensa MPPC (09/07/25).- Bajo el tema “Limitaciones y desafíos en Latinoamérica”, el VII Coloquio de Literatura infantil y juvenil cerró su jornada en la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven 2025), con debates sobre oralidad, promoción lectora en la era de la inteligencia artificial e identidad cultural.
Este martes 8 de julio, la reconocida escritora venezolana Laura Antillano, junto a los autores Enrique Pérez Díaz y César Luis Franco Rivero, abordaron la formación de la identidad lectora, el libro como herramienta de redención de la experiencia y el desarrollo cultural en la literatura para niños y jóvenes, respectivamente.
Experiencias que forjan identidad
Antillano evocó su infancia y su acercamiento inicial a los libros mediante su núcleo familiar, destacando el rol de su padre, Sergio Antillano, periodista y profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad del Zulia.
“Mi papá fue el mejor de los tutores, recuerdo siempre sus sugerencias lectoras y hoy aplaudo ese sentido de la libertad vocacional que mi papá y mi mamá tenían (…) papá me construyó una cuevita en el jardín de nuestra casa porque consideró que yo debía tener mi espacio de lectura, que para mi fue un espacio de aislamiento bibliófilo donde fui armando mi biblioteca personal”, recordó.

La autora describió cómo el mundo de la literatura la libró de la timidez que la caracterizaba en su infancia, y cómo poco a poco fue incorporándose a las actividades académicas y culturales donde siempre estuvo vinculada a los libros.
Recordó especialmente la creación del Teatro de Títeres Chímpete Chámpata, que marcó sus inicios como escritora para el público infantil, y vinculó estas vivencias con su visión pedagógica: “Pienso que es fundamental brindar herramientas creativas que permitan a las infancias expresarse libremente, escribir sus modos de sentir y pensar sin juicios”.
La palabra como redención
El escritor e investigador cubano Enrique Pérez Díaz, invitado internacional de la Filven, compartió su proceso creativo a partir de vivencias personales, ejemplificado en su obra Escuelita de horrores, escrita durante una beca en Múnich (1998).
El autor cubano destacó cómo transformó experiencias dolorosas en narrativa jocosa: “Inevitablemente somos referenciales los escritores (…) conjuramos fantasmas, miedos y tristezas”. Subrayó que la literatura permite redimir traumas al “tamizarlos con el oficio”, captando lectores mediante emociones verosímiles aún en contextos disparatados.
“Escuelita de horrores parte de una experiencia personal que yo tuve de bullying en primaria, yo estudiaba muy tranquilo en una escuela frente al mar y de pronto me llevan a un escuela que estaba a dos municipios de distancia, y en esa escuela yo fui absolutamente infeliz”, recordó.
El autor contrastó el éxito de su primera obra con su posterior novela “Henry, Jenny, el bosque y yo”, de enfoque reflexivo y autobiográfico, sin el ritmo acelerado de la anterior.
Antillano y Pérez Díaz coincidieron en subrayar que la literatura es una importante herramienta de emancipación, la primera, para empoderar a las infancias, y el segundo, para redimir experiencias dolorosas mediante la escritura.
La feria, que se extiende hasta el 13 de julio, reafirma su compromiso con la literatura con más de 600 actividades en su programación para toda la familia venezolana, donde la literatura infantil latinoamericana sigue construyendo identidad y esperanza.

T: Prensa Cenal