Prensa MPPC (07/07/25).- Este 2025 se cumple un siglo del nacimiento de Frantz Fanon, quien vino al mundo en Martinica, para entonces un territorio colonial que hoy es un departamento de ultramar francés. Esa condición es apenas un punto de partida para entender las bases del pensamiento anticolonial de este psiquiatra, periodista y referente del panafricanismo, cuyos aportes analizaron investigadores venezolanos en la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2025, que se celebra en la Galería de Arte Nacional y de la plaza de la Juventud, en Bellas Artes, en Caracas.
En la feria se celebró este domingo el conversatorio “Frantz Fanon, 1925-1961. El Caribe como memoria e historia”, donde participó la filósofa Liliana Márquez Ugueto, representante de la Cátedra Libre África de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Para ella, conocer el pensamiento de este luchador es fundamental porque habla de una condición que poca gente trabaja en el debate de la liberación del cimarronaje, de la lucha popular: la salud mental.
Fanon da una mirada psiquiátrica de las relaciones asimétricas de poder, incluso de la lucha racial y de clases, puntualiza la especialista, quien precisó que hasta ahora quienes han venido trabajando este tema lo han hecho desde una perspectiva muy romántica sobre el sujeto racializado y el sujeto excluido.
“Fanon nos enseña a trabajar, sobre todas las cosas, la racionalidad y la emocionalidad del sujeto colonizador, de saber cómo hay un problema grave, una crisis grave, una patología grave en la cultura que necesita el dominio, que necesita inferiorizar para poder legitimarse como ser humano”, explicó.

A pesar de estas referencias, expuso que aún no ha sido posible subvertir el orden colonial, impuesto desde hace más de cinco siglos. En ese sentido, considera que toda la inestabilidad mundial que vivimos hoy nos habla de la capacidad del mundo colonial de renovarse, de volverse cada vez más fuerte, de metabolizarse, incluso dentro de los propios discursos por la liberación.
La filósofa considera que Fanon tiene tres obras muy importantes, entre ellas, Piel negra, máscaras blancas, que permite entender el concepto de blanquitud en Venezuela.
“No necesito tener el marcador racial blanco para sentirme blanca, para negar todo lo que es mi herencia de otras civilizaciones, como la indígena y la negra y, contrariamente, apelar a mi abuela francesa, a mi abuela canaria, a mi abuela alemana, aunque el marcador racial diga lo contrario; pero esa idea de apelar a ese marcador racial es una idea civilizatoria”, por lo que es clave “entender que hay tecnologías civilizatorias, como dispositivos de control que estructuran un tipo de pensamiento, donde la negación es la norma. Yo me niego en lo que soy para afirmarme en lo que me colonizó, y ahí no salgo de la historia formal que se creó, y ese es un debate que yo creo que tenemos que dar desde la escuela”.
Márquez también reflexionó sobre el deber de cambiar todo ese criterio que aún persiste de racialización donde lo negro, lo indígena, lo pardo, lo mestizo, lo múltiple es sinónimo de salvajismo y de retraso. “Ese es un debate que tenemos que dar”.
“No existe el Caribe, existen los caribes”
En el conversatorio “Frantz Fanon, 1925-1961. El Caribe como memoria e historia” también participó Edgar Figuera- Bottini, antropólogo, profesor e investigador del Centro de Estudios Sociales y Culturales de la UBV y director general de Investigación de la Universidad Nacional Experimental de la Gran Caracas (Unexca), quien pone en evidencia cómo la historiografía dominante, eurocéntrica y colonial, ha reducido desde el punto de vista epistemológico y ontológico la complejidad y diversidad caribeña a una sola cosa.
En tal sentido, Figuera- Bottini afirma que en el eurocentrismo, pero también en América, se habla de un solo Caribe. “No existe el Caribe, existen los Caribes, porque cada cultura, cada grupo lingüístico construye una narrativa desde los códigos fundacionales de su lengua”, indicó.
Se trata de un reduccionismo que también se aplicó contra los pueblos originarios, en general. La multiplicidad, la diversidad geocultural, la convirtieron en una sola referencia, y a todo ese conjunto de pueblos los llamaron indios, comenta el antropólogo.
“Normalmente, uno de los fundamentos de la dominación colonial es el reduccionismo epistemológico y ontológico. Entonces, el Caribe, desde el punto de vista de la colonialidad, es una sola cosa lingüística”, pero el reto está en desmontar estas estructuras, asevera.
En tal sentido, reafirma que el Caribe es una diversidad cultural, donde hay memorias, en plural. Figuera-Bottini precisa que la única forma de dar cuenta de una cultura es a través de la lengua. Y si se tiene una diversidad lingüística, quiere decir que hay diversas memorias, legadas, experimentadas o construidas desde los documentos históricos del Caribe.
La Filven 2025 continúa este lunes 7 y se mantendrá abierta al público lector hasta el 13 de julio, de 10:00 de la mañana hasta las 7:00 de la noche. La programación se puede consultar en la página web filven.com.

T: Prensa Cenal