Prensa MPPC (05/07/25).- En el corazón de la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), un rincón mágico espera a sus visitantes más pequeños. El Pabellón Infantil, instalado en la Plaza de la Juventud, despliega tres reinos encantados: un salón de lectura que susurra historias, un taller donde las manos moldean sueños y un anfiteatro donde los títeres e increíbles personajes cobran vida.
Para entrar a este universo, niños y niñas atraviesan una cascada danzante: cientos de serpentinas azules que caen como aguas de fantasía. Entre risas y miradas curiosas, ese velo líquido los transporta a un corredor donde el tiempo se mide en aventuras y el suelo se convierte en río.

Un sendero azul serpentea como cauce de imaginación. ¿Es el Nilo que trae jeroglíficos convertidos en juegos? ¿El Orinoco que regala mitos amazónicos? En la orilla, plantas reales le dan marco a una auténtica curiara del Amazonas. Allí, los pequeños y las pequeñas tripulantes se mecen con su balanceo milenario mientras las culturas se abrazan.
Murmullos creativos llenan el aire. En los talleres, pequeños y pequeñas artistas juegan con colores mientras escuchan leyendas egipcias. Cada actividad es un puente entre el desierto y la selva, entre faraones y caciques. Cocodrilos del Nilo nadan junto a delfines del Orinoco. Entre libros y pirámides que guardan secretos, el pabellón respira alegría en cada trazo infantil.
Hasta este 13 de julio, a los pequeños soñadores y soñadoras les esperan barcos de papel para navegar el Nilo y libros que son llaves de pirámides encantadas. La feria invita a escribir sus propias historias en ese río de tinta y colores. La Filven guarda un tesoro: el mapa para ser faraones de su imaginación.

T: Prensa Cenal