Prensa MPPC (17/06/2020) El 17 de junio de 1812 nació en Caracas Manuel Antonio Carreño, destacado músico, pedagogo y diplomático venezolano, reconocido por ser el autor del famoso “Manual de urbanidad y buenas maneras”.
Carreño creció en un hogar con una sólida formación cultural y musical, lo cual le permitió destacar como excelente ejecutante y compositor. Además, fue sobrino de Simón Rodríguez, maestro del Libertador Simón Bolívar, y desde muy temprana edad mostró su vocación por la pedagogía.
Como parte de su trabajo como educador, tradujo con la colaboración del doctor Manuel María Urbaneja “el Catecismo razonado, histórico y dogmático” del abate Thériou, y la “Introducción al método para estudiar la lengua latina” de J.L. Burnouf.
El 1 de septiembre de 1841 fundó el colegio Roscio, institución educativa que con el tiempo llegó a gozar de un gran renombre en la ciudad capital.
En 1853 publicó por partes el “Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos”, en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre.
El libro fue rápidamente difundido por toda Latinoamérica, convirtiéndose en un gran best seller del siglo XIX. No en vano, hasta el día de hoy, siguen reimprimiéndose nuevas ediciones del libro.
Carreño se casó con Clorinda García de Sena y Rodríguez del Toro, prima hermana de María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza y de Francisco Rodríguez del Toro.
A finales de 1853 nació su hija María Teresa, quien posteriormente fue la muy afamada pianista Teresa Carreño. Desde entonces se dedicó a su educación musical. Para ello escribió 500 ejercicios para piano, los cuales abarcaban todos los aspectos pedagógicos y técnicos para el aprendizaje del instrumento.
En mayo de 1861 fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y en agosto del mismo año es designado ministro de Hacienda. Sin embargo, como consecuencia de la inestabilidad política que se vivía en Venezuela producto de la Guerra Federal, en 1862 abandonó su cargo y se fue a Nueva York, en busca de mejores condiciones para el desarrollo artístico de su hija.
Allí vivió unos años junto con otros parientes; luego, la familia viajó a la ciudad de La Habana, Cuba, y, finalmente, se mudaron a París, Francia, en 1866, donde Carreño se desempeñó como profesor de piano hasta sus últimos días.
El músico, pedagogo y diplomático caraqueño falleció en la capital francesa el 4 de septiembre de 1874 a los 62 años de edad.
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